Los productos fabricados con silicona resultan duraderos ya que no se rompen fácilmente; sin embargo, la característica principal que los distingue aún más es su propósito fundamental: la seguridad del bebé. A diferencia de los productos metálicos, que podrían cumplir con el propósito pero corren el riesgo de lastimar las encías suaves del niño, estos productos para bebés hechos de silicona garantizan suavidad incluso cuando se usan para morder. También hacen que el proceso de alimentación sea mucho más sencillo en comparación con los metales duros.